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En la actualidad, los negocios se miden por su capacidad de lanzar productos y servicios al mercado con agilidad y eficiencia. Para esto, deben contar, entre otras cosas, con una Gestión de Datos en la Nube que garantice la continuidad y operación del negocio. Asimismo, se mantienen en evolución para seguir vigentes en el futuro a través de la transformación digital, pues saben que la reinvención de procesos, operaciones y manejo de datos y clientes que implica se está convirtiendo en la base de todo tipo de transacciones e interacciones en el ámbito empresarial.

VEEAM


Con todo, abrirse paso hacia la innovación y digitalización en una era dominada por los datos como el motor de los negocios, atrae complicaciones que anteriormente no padecían las áreas de Tecnologías de Información (TI) de las organizaciones. Esto ocurre porque el cúmulo de datos que los profesionales de las TI deben albergar, administrar, proteger y mantener disponibles se ha incrementado de forma exponencial: de acuerdo con Statista[1], la cantidad total de datos creados en 2018 equivale a 33 zettabytes, y crecerá a 2,100 zettabytes para el año 2035.

 
Adicionalmente, en la ecuación es preciso considerar la diversificación de los modelos de cómputo (on-premise y nube en sus diferentes formatos), la proliferación de dispositivos, el Internet de las Cosas (IoT), el creciente interés por aplicaciones y experiencias personalizadas y la constante amenaza de la ciberdelincuencia, en aumento a nivel global.

 
Ante todo esto, es visible la complejidad que implica mantener la infraestructura tecnológica que está soportando la transformación digital de las compañías, más aún si éstas continúan atadas a ambientes heredados y sistemas diseñados antes de la revolución digital. ¿Cómo hacer, entonces, para simplificar las TI y sortear así el entorno tan adverso? La respuesta está en 2 vertientes:


Por un lado, es momento de revolucionar el centro de datos, con una directriz enfocada en la óptima experiencia de usuarios y la máxima agilidad, desempeño, seguridad y simplicidad posibles. En este sentido, se entiende por qué Gartner[2] predice que para 2025 el 80% de las organizaciones se habrán apartado por completo de los centros de datos on-premise: al migrarlos hacia entornos multi-nube, estarán llevándolos hacia la siguiente generación de data centers, en los que la ubicación de las cargas de trabajo se rige por las necesidades del negocio y no a la inversa.


De igual manera, el manejo de aplicaciones y datos también debe ser innovador; hoy no sólo es necesario que estén protegidos y disponibles todo el tiempo, sino además que la infraestructura permita un manejo y gestión eficientes de dichas aplicaciones y datos a través de la amplia gama de sistemas con los que la empresa, sus colaboradores y clientes interactúan hoy día, y, sobre todo, asegurarse desde la trinchera de TI que pueden aprovecharlos para brindar un valor positivo al negocio.


De acuerdo al Reporte de Administración de Datos en la Nube 2019 elaborado por Veeam, la pérdida de datos ocasionada por el tiempo de inactividad de las aplicaciones de misión crítica tiene un costo para las empresas mexicanas de USD $95,140 por hora. Esto es un ejemplo muy claro de la importancia que de asegurar la continuidad de las aplicaciones.


Una forma de restar complejidad en ello es contando con infraestructuras tanto de protección, respaldo y recuperación como de explotación de aplicaciones y datos que sean inteligentes, automatizados y cuenten con capacidades de integración, orquestación, flexibilidad y adaptabilidad a todo tipo de plataformas.

 

Por Abelardo Lara, Country Manager de Veeam en México